Prevención de la Violencia Digital en la Escuela

Novedades de Prevencion de la Violencia Digital en la Escuela

La violencia, arraigada en la historia de la humanidad, adopta nuevas formas en la era de la información. El avance tecnológico ha dado lugar a escenarios donde se manifiesta de manera perjudicial para individuos y comunidades. Las redes sociales, en particular, amplifican esta problemática, aunque aún no está regulada internacionalmente. En nuestra sociedad saturada de información y tecnología, también cambian las formas tradicionales de ejercer violencia.

La palabra "violencia", etimológicamente vinculada a la fuerza masculina, se redefine como relaciones de poder que afectan los derechos humanos y el desarrollo de hombres y mujeres. El patriarcado, un modelo de poder masculino, inculca prácticas de poder desde temprana edad. El poder se convierte en violencia cuando causa daño a otros, manifestándose en diversos ámbitos.

La violencia digital es una forma de poder que daña socialmente y se basa en el uso de tecnología. Los delitos informáticos, en cambio, se enfocan en bienes patrimoniales. La falta de un marco jurídico adecuado dificulta la protección de los derechos en el entorno virtual.

En la promoción de derechos humanos en la sociedad de la información, se ven iniciativas de activismo digital y producción de contenido. Las tecnologías móviles se reconocen como herramientas fundamentales para sensibilizar sobre los derechos humanos. En la protección de estos derechos, se promueve el uso intensivo de tecnologías para denunciar y mejorar los sistemas de exigibilidad de los derechos.

¿Qué es la violencia digital?

Es una forma de violencia que utiliza tecnologías como Internet, afectando la dignidad, libertad y privacidad de las personas. A diferencia de los delitos informáticos, la violencia digital no está regulada internacionalmente pero se practica ampliamente. Se basa en el uso de imágenes, símbolos y lenguaje en línea y puede tener consecuencias en el mundo real.

Las concepciones tradicionales de bullying escolar ya no se aplican en el entorno digital. La violencia digital puede darse entre pares, adultos y menores, dejando rastros que pueden cambiar la dinámica de poder. Ahora, el entorno es global y virtual, y la responsabilidad de prevenir la violencia digital es de todos.

Desafíos

Bolivia carece de una legislación específica sobre delitos informáticos y un marco conceptual para abordar los usos nocivos de Internet. Las mujeres son especialmente vulnerables en la cultura digital boliviana. Se está trabajando en tipificar la violencia digital, incluyendo la "violencia sexual digital".

Educación sobre privacidad y responsabilidad en línea es esencial. Los adolescentes comparten información personal en línea sin considerar las implicaciones. La falta de conocimiento sobre seguridad en línea y el comportamiento de riesgo son alarmantes.

En resumen, la violencia digital es una amenaza en la sociedad de la información. Es crucial promover la educación y la protección de los derechos humanos en línea para combatirla.

 

Datos alarmantes ¡cuidado!

  • 10 de 10 estudiantes desconocen métodos que les permitan encontrar información especializada de manera rápida y efectiva en Internet.
  • 7 de cada 10 estudiantes se desvían en la búsqueda por navegación en ventanas emergentes o hipervínculos.
  • 7 de 10 estudiantes aceptan contactos con desconocidos en redes sociales y se muestran por cámara web o intercambian fotografías.
  • 3 de 10 concretan encuentros casuales (generalmente sexuales).
  • No existe referencias sobre la búsqueda de información orientada al ejercicio de sus propios derechos humanos.
  • Se desconoce la relación directa entre uso de teléfono celular y ejercicio de derechos humanos.

Nuevas exploraciones realizadas en 2012, con 1.121 estudiantes de secundaria, además de corroborar lo anterior, señalan:

  • 10 de 10 adolescentes vieron videos de peleas de estudiantes de colegios bolivianos en celulares y/o Internet.
  • 10 de 10 estudiantes reciben frecuentemente mensajes falsos y fraudulentos (phishing) en sus celulares, incluyendo premios engañosos relacionados a casos de captación de personas para fines de trata, tráfico y/o violencia sexual.
  • 10 de 10 estudiantes conoce a una compañera/o cuya cuenta de correo o juegos en red fue hackeada.
  • 4 de 10 estudiantes reconocen que perdieron sus cuentas por acceso a cibercafés (indagaciones posteriores demuestran que administradores de cibercafés utilizan software para controlar la navegación de mujeres y adolescentes en cibercafés).
  • 10 de 10 estudiantes acceden a cibercafés públicos, pese a tener acceso en su hogar o en casa de familiares y amigos. Los cibercafés son espacios de socialización.
  • Ningún cibercafé utiliza medidas de seguridad para la protección de niñas y adolescentes.
  • Además, en las comunidades educativas se halló que:
  • La comunidad educativa no está preparada para el abordaje de la violencia digital en sus escuelas.
  • Madres, padres de familia, docentes y autoridades educativas, temen a la tecnología, amparados en el mito que sus hijos adolescentes “la dominan mejor que ellos”.
  • Cuando se dice que las y los adolescentes “dominan la tecnología” se hace referencia sólo a aplicaciones comerciales y operaciones que los sobre-exponen a riesgos y delitos informáticos.
  • La metodología de trabajo requiere conocer cómo funciona Internet para poder enseñar a niñas, adolescentes y adultos a interactuar en medios digitales, ejerciendo sus derechos y eliminando la violencia digital.
  • En Internet se producen prácticas cotidianas que vulneran los derechos de las niñas y adolescentes: misoginia en línea; violencia sexual digital; machismo y patriarcado en línea; homofobia, racismo y xenofobia.

Por: Miriam Cristina Rojas

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