ChatGPT y Studio Ghibli se vuelven virales en Bolivia, tendencia que arrasa en redes

La inteligencia artificial (IA) avanza a pasos agigantados, pero no siempre en beneficio de la creatividad humana. En los últimos meses, las redes sociales se han visto inundadas de imágenes generadas por IA que imitan el estilo artístico de Studio Ghibli, uno de los estudios de animación más icónicos del mundo. Sin embargo, esta práctica ha desatado una fuerte polémica sobre los derechos de autor y el impacto de la IA en la industria creativa.

El chatbot de IA ChatGPT ha facilitado la creación de ilustraciones que emulan la animación tradicional en 2D del legendario director Hayao Miyazaki. Un meticuloso proceso de dibujo a mano, que antes requería años de experiencia y dedicación, ahora puede ser replicado en cuestión de segundos. Para lograr esto, la IA ha sido entrenada con millones de fotogramas de contenido original, lo que plantea serias preocupaciones sobre la propiedad intelectual y el plagio.

Las redes se han llenado de imágenes convertidas al estilo de Studio Ghibli, desde fotografías históricas hasta memes virales. En respuesta, el estudio japonés ha solicitado a OpenAI que elimine esta función de su sistema. La preocupación no es nueva: en 2016, cuando la IA apenas comenzaba a despegar, Miyazaki ya la calificaba como un "insulto a la vida misma", dejando en claro su rechazo a la automatización del arte.

Pero el problema no solo afecta a los ilustradores. Cantantes, actores y escritores también han denunciado el uso indebido de sus voces y obras en herramientas de IA. En 2023, al menos 200 artistas, entre ellos Billie Eilish y Bon Jovi, firmaron una carta exigiendo que las empresas tecnológicas dejen de entrenar modelos de IA con su material sin permiso, argumentando que se trata de un asalto a la creatividad humana.

Por ahora, la Unión Europea ha tomado la delantera con una ley que obliga a las compañías a obtener autorización expresa de los artistas antes de utilizar su trabajo en modelos de IA. Mientras tanto, OpenAI aún no ha emitido una respuesta oficial sobre el caso de Studio Ghibli, pero la controversia sigue creciendo.

Este debate pone sobre la mesa una pregunta clave: ¿hasta qué punto la inteligencia artificial debe intervenir en el arte? ¿Es una herramienta innovadora o una amenaza para la creatividad humana?

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